jueves en 12:24 a. m. Publicado por Luna Llena 0 Comments




Orisha mayor y santo muy venerado. Deidad de la viruela y la lepra, de las enfermedades venéreas y de las afecciones de la piel. Se le considera hijo de Naná Burukú, aunque algunos estiman que nació directamente de Obbatalá. Babalú Ayé es un título que significa Padre del Mundo. A este santo le gusta trabajar con muertos. El Orisha nos se asienta, se recibe. Su color es el morado obispo y su día el viernes, para otros es el miércoles. Su número es el 17 y habla en 4, 11 y 13. También se conoce por Agróniga Omobitasa, Aguojonú, Asoyí (el obispo), Atimaya, Asojano, Abeolomi, Chopono, Ayanise, Nikeu Babalú Borilá, Babalú Aguaditasa, y Afimayé. Su receptáculo es una cazuela plana (muy similar a la freidera de Elegguá), pero más grande, tapada con otra a la inversa sin sellar. La parte superior tiene un orificio al que se le insertan plumas de gallina de guinea. También puede ser una güira alargada y cortada a lo largo. Sus atributos son un Ajá, es decir, un manojo de varetas de palma de corojo o de coco que en su extremo inferior están atadas con tela de saco (yute). Se le añaden cauries y cuentas para adornarlo. Sus collares son de cuentas blancas rayadas en azul. Se le viste con tela de yute o de cuadritos abigarrados (tela escocesa), y se adorna con muchos cauris. Se sube y aparece siempre como enfermo, torcido y con las manos agarrotadas. Cojea y se muestra tan débil que se cae. Su hablar es gangoso. En ocasiones hace gestos como para espantar insectos. También agita el Ajá en el aire, un rito de limpieza, barriendo todo lo malo. Sincretiza con San Lázaro (Acompañado de sus fieles perros, nombrados Maravilla y Siempre Viva, llagado y encorvado, camina penosamente sonando unas tablillas que anuncian su presencia, para que la gente huya y pueda librarse de su contagio) y se celebra los días 17 de diciembre.

Babalú-Ayé castiga mediante la gangrena, la lepra y la viruela. Le pertenecen todos los granos, y las mujeres a quienes aconseja en asuntos amorosos.

Babalú-Ayé es portador de magia y dominio espiritual, de fuerzas ocultas a las que obedecen ciegamente. Es además muertero, sabio como Orula y justo como Obbatalá. No es solamente el dueño del carretón que conduce los cadáveres al cementerio, sino que ya en sus recintos, es quien realmente recibe a todos los muertos.

Él significa mucho dentro de los orishas, es uno de los mayores, es un santo de fundamento y dentro del orden ritual, ocupa uno de los primeros lugares. En cuanto a la cultura cubana, San Lázaro simboliza el pan de los pobres, la esperanza de los humildes y la sanación de los enfermos.

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